El pintor que no duda, poco alcanza. Cuando la obra supera al juicio del que la produce, éste logra escasos resultados. Y cuando el genio supera la obra, ésta nunca cesa de mejorar, si la ambición no lo impide.
No constituye un gran talento el que se entrega constantemente a una sola cosa y al ponerla en práctica no la realiza bien.
Así como el hierro se enmohece cuando no se le hace trabajar, y el agua se corrompe y con el frío se hiela, de igual manera el talento se echa a perder sin el ejercicio.
Fíjate bien por la calle, al anochecer, cuando hace mal tiempo, en las caras de los hombres y las mujeres. ¡Cuánta gracia y cuánta dulzura hay en ellas!