Si es lícito pintar, ¿será lícito pintarlo todo?
Decir la verdad es como escribir bien: se aprende a fuerza de ejercicio.
La supremacía mental es indivisible; nunca podrá multiplicarse ni podremos rebajarla de precio.
Los hombres deben aprender que no existe degradación en el trabajo manual más duro o más servil o humilde, cuando es honrado.
Existe una dificultad inmensa en abrir los ojos a la gente. Conmoverla y destrozarle el alma, es cosa fácil; lo difícil es hacer que entre la luz en su cerebro.
Existe un único procedimiento para ver las cosas: verlas por completo.
La verdad: la única cosa para la cual no hay grados, sino perpetuos desgarrones y rupturas.
A todo aquel que se halla en plena posesión de sus energías, un pase tranquilo, que no exceda de diez a doce millas por día, representa el modo más divertido de viajar.