Cuida tu reputación, no por vanidad, sino para no dañar tu obra y por amor a la verdad.
Sufrimos más a medida que amamos. La suma de los dolores posibles para cada alma es proporcional a su grado de perfección.
De todas las horas del día, cuando el tiempo es soberbio, lo que encuentro sobre todo temible es la tarde, hacia las tres.
Saber envejecer es la obra maestra de la vida, y una de las cosas más difíciles del gran arte de vivir.
Vivir es querer sin descanso o restaurar cotidianamente la propia voluntad.
Yo es una palabra bien pequeña para contener nuestro enorme egoísmo.