Habiéndole preguntado a uno sobre lo que más raro le parecía en el mundo, respondió: «Lo que pertenece a todos, es decir, el sentido común».
La sinceridad puede agradar cuando es usada con arte o cuando, por su rareza, no logra crédito.
Nada más raro en el mundo que un a persona habitualmente soportable.
No existe cualidad humana más intolerable en la vida corriente, ni que se tolere menos, a la vez, que la intolerancia.