Ayúdate a ti mismo que nadie te ayudará.
Los hombres inteligentes son inconstantes, pero inteligentes; los tontos son también inconstantes sin dejar de ser tontos.
Contra la prensa mentirosa y falaz, cobarde y mercenaria, no hay más que una defensa decisiva y fuerte: la buena prensa.
El trabajo redime a los hombres y salva a los pueblos.