El arte no sabe consolar, quiere ya consolados.
No llames afortunado al que por tal celebran antes de que muera, porque la fortuna cambia a cada instante.
Sin dolor no se forma el carácter; sin placer, el espíritu.
La luz es para todos los ojos; pero no todos lo ojos están hechos para la luz.
Los pensamientos son el alimento; los sentimientos, el aire vital, y los actos de la voluntad representan los ejercicios más intensos de la vida espiritual.
El temor es un estado de debilidad que nos entrega sin defensa a los ataques victoriosos del enemigo.