De cuando en cuando, un tonto, por casualidad, ha de tener razón.
En ciertos momentos, la única forma de tener razón es perdiéndola.
Si no chocamos contra la razón nunca llegaremos a nada.
Quien no quiere razonar es un fanático; quien no sabe razonar es un tonto; y quien no se atreve a razonar es un esclavo.
La Tierra es la cuna de la razón, pero no se puede vivir siempre en la cuna.
Si quieres someter todas las cosas a ti mismo, sométete primero a la razón.
La razón sirve mucho más para justificar la conducta que para dirigirla.