El ridículo evita frecuentemente el resentimiento, pero hasta ahora el resentimiento nunca ha evitado el ridículo.
La fuerza crea resentimientos y odio en quienes la sufren y corrompe a quienes la aplican; así invita a un uso mayor de fuerza que acaba en brutalidad.
Una de las causas del resentimiento en la amistad es la amistad es la falta de continuidad en el trato.
Los poderosos deben saber que a su sombra crece inevitable; más peligroso que la envidia es el resentimiento de aquellos que viven en su favor.