Perfeccionamos, ocultamos y dulcificamos el carácter, pero el carácter no depende de nosotros; si así fuera, todo el mundo sería perfecto.
El carácter es aquello que revela la finalidad moral, poniendo de manifiesta la clase de cosas que un hombre prefiere o evita.
El buen carácter depende en conceder poca importancia a lo que a ti te afecta, y estimar en mucho lo que se refiere a los demás.