Señor, no sigas produciendo gigantes. Eleva la raza.
Cuando la lucha de un hombre comienza dentro de sí, ese hombre vale algo.
Más fácil es recomendar «ten paciencia» que tenerla.
La culpa la tiene sólo el tiempo. Todos los hombres se tornan buenos, pero ¡tan despacio!
¡Lo que ennoblece al hombre no es su acto, sino su deseo!
Cuando un hombre está ocupado piensa en el descanso como en un encanto; pero una vez que ha descansado siente inmediatamente la necesidad de estar ocupado.