El problema de nuestro tiempo es que el futuro ya no es lo que era.
Sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podemos saber.
Nuestro futuro está preñado de respuestas que esperamos con inquieta curiosidad.
No hay ventaja alguna en conocer el futuro; es doloroso atormentarse sin provecho.
La idea que encierra la palabra futuro, convierte en desgraciado a todo ser que goza de una felicidad actual, de una alegría presente.
Yo nunca pienso en el futuro; llega demasiado aprisa.
Triple es el paso del tiempo: vacilante se va acercando el futuro; raudo como una flecha vuela el presente; y eternamente en calma queda el pasado.