La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando la gente se da cuenta del engaño ya es demasiado tarde.
No conviene tratar como falso lo que conviene mirar como verdadero; no hay por qué condenar lo que sólo produce bien.
Más vale tener la piel de un erizo en el lecho que tener una mujer falsa.
La falsedad gobierna el mundo entero.
Todas las cosas fingidas caen como flores secas; no hay falsedad que tenga larga vida.