Cuando uno dice que sabe lo que es la felicidad, se puede suponer que la ha perdido.
Los hombres, como las montañas, sólo se unen por la parte más baja; sus cimas se elevan solitarias al infinito.
Se sufre menos del dolor mismo que de la manera como se lo acepta.
Ser feliz en amor es haber sobrepasado la inquietud de la felicidad.
Cada vez que perdemos ánimo, perdemos muchos días de nuestra vida.
No podemos tener una idea exacta de quien jamás calla.
Es bueno adquirir poco a poco la conformidad de no comprender nada.