Nada hay tan veloz como la calumnia; ninguna cosa más fácil de lanzar, más fácil de aceptar, ni más rápida en extenderse.
Cuanto más alto estamos, más debemos bajarnos hacia nuestros inferiores.
Cuanto más honrado es un hombre más le cuesta sospechar que los otros no lo sean.
La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.
Esperemos lo que deseemos, pero soportemos lo que acontezca.
No hay absurdo que no haya sido apoyado por algún filósofo.
Es una necedad arrancarse los cabellos en el momento de la aflicción, porque la pena no puede ser aliviada por la calvicie.