La honradez es siempre digna de elogio, aun cuando no reporte utilidad, ni recompensa, ni provecho.
Tal como va el mundo, ser honrado es ser elegido entre diez mil.
¿Es usted un hombre honrado o un granuja? Hombre, mitad y mitad, como todo el mundo.
Dios mira las manos limpias, no las llenas.
La vida nos dice en sus lecciones que, alguna vez, para ser bueno, hay que dejar de ser honrado.
La honradez razonada es cordura, pero por el solo hecho de que se le razona, tiende a dejar de ser honradez.
El éxito no es cuestión de sabiduría o de astucia, sino de honradez y confianza; la moral no puede ser sustituida por el entendimiento.