Prefiero que el pueblo se ría de mis economías a que llore por mi prodigalidad.
El hombre que sabe sacar ventaja de sus liberalidades, posee una gran y notable economía.
El amor a toda economía es el camino a toda virtud.
Aconsejar economía a los pobres, es a la vez grotesco e insultante. Es como aconsejar que coma menos el que se está muriendo de hambre.
La sórdida avaricia y la loca prodigalidad, atemperándose la una a la otra, dan por resultado la prudente economía.
La renta más segura es la economía; la economía es la hija del orden y de la asiduidad.
Una economía bien dirigida reclama como base fundamental hacer justicia a las clases trabajadoras.