La libertad de prensa, lo mismo que todas las libertades, tendrá sus inconvenientes, tendrá sus peligros; pero con todos ellos es preferible a la tranquila placidez del despotismo, como decía Tácito.
Contra la prensa mentirosa y falaz, cobarde y mercenaria, no hay más que una defensa decisiva y fuerte: la buena prensa.
La página roja de los diarios es un cuadro de costumbres, me gusta mucho. Ahí está la invención, los instintos, la anécdota cotidiana.