En las novelas y en los cuentos se puede poetizar con la pobreza; en la realidad, no. Sin la seguridad de lo necesario para la vida, nadie puede responder ni de su misma vida, ni de su honradez, ni de sus afectos más íntimos. Los náufragos no eligen puerto.
La mayor miseria de la miseria es que los miserables no se dan cuenta de ella... ¡Tan natural les parece!
La pobreza medida según el fin de la naturaleza es una riqueza grande, pero la riqueza no delimitada es una gran pobreza.