La pobreza, inmediatamente, pone al desnudo la vida material y la hace aborrecible, de ahí el ímpetu indecible en pos de la vida ideal.
La mayor miseria de la miseria es que los miserables no se dan cuenta de ella... ¡Tan natural les parece!
La pobreza medida según el fin de la naturaleza es una riqueza grande, pero la riqueza no delimitada es una gran pobreza.
¡A menos que se eleve sobre sí mismo / qué cosa más pobre es el hombre!
Si no se procede con mucho tiento es fácil condenar a los desgraciados.
Maldición del siglo nuestro; que parece que el ser pobre al ser hidalgo es anexo.
Es una gran riqueza el saber ser pobre.