El conocimiento es realmente lo único que enriquece, pero no puede ser tomado de los demás.
Conocer una realidad es, en el sentido usual de la palabra, tomar conceptos ya hechos, dosificarlos y combinarlos unos con otros, hasta que obtengamos un equivalente práctico de lo real.
Los hombres se ocupan demasiado de sí mismos y no disponen de tiempo para profundizar e inquirir en los demás.