¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!
Nada es más fácil que censurar a los muertos.
¡Paga el cielo acá en la tierra el hacer bien a los muertos!
Un hombre en la tumba es un barco en el puerto.
Los muertos se han de filtrar por la pared.
Dejad tranquilos yacer, a los que con Dios están.