Hay sólo una cosa que los guardará de las seducciones y de las tensiones mejor que las más sabias locuciones: una buena biblioteca.
El primero y más difícil problema que un buen bibliófilo debe resolver es éste: formar una excelente biblioteca con cuantos menos libros sea posible.
Los que leen muchos libros son como los masticadores de hachís. Viven en un sueño. El veneno sutil que penetra en su cerebro les hace insensibles al mundo real. Llegará un día en que todos acabaremos por ser bibliotecarios y todo habrá terminado para nosotros.