Pueblo: tu poder es grande y todos te temen como a un amo terrible. Pero tú eres fácil de seducir; te gusta ser adulado y engañado. El que te hable puede engañarte siempre que se lo proponga, porque tu buen sentido se relaja.
La fortuna y el genio sólo visitan a los pueblos que han sabido merecerlos mediante siglos de paciencia valor y fe.
La economía política tiene encerradas en sus manos las altas ve rdades que toman la felicidad de los pueblos.