La mejor receta para la novela policiaca: el detective no debe saber nunca más que el lector.
Una buena novela nos cuenta la verdad sobre su héroe; pero una mala novela nos dice la verdad sobre su autor.
Entre tanto algunos hombres viven la novela que no han podido escribir, otros escriben la novela que no han podido vivir.
La novela es un intento de exploración en el corazón humano a partir de una idea que es casi siempre la misma contada con diferente entorno.