El trabajo aleja tres grandes vicios: el aburrimiento, el vicio y la penuria.
Es necesario que ese hombre sea un gran ignorante, puesto que contesta a todo cuanto se le pregunta.
La felicidad nos espera en algún sitio, a no ser que vayamos a buscarla.
Todo mal viene con alas y huye cojeando.
Quien desconfía invita a traicionarlo.
La mejor manera para hacer que la gente hable bien de ti es hacerlo bien.
Pensad por cuenta propia y dejad que los demás disfruten del derecho a hacer lo mismo.
Sí, la tranquilidad es una buena cosa, pero de la misma familia que el tedio.
¡Ah, creedme! El error tiene su mérito.
Los prejuicios, amigo, son los reyes del vulgo.