No es la felicidad lo que pedimos al amor, sino el poder de perfeccionarnos interiormente, perfeccionamiento que es la mayor riqueza de esta vida.
De un mismo hecho al que han asistido veinte testigos se recogen veinte relatos distintos; todos los historiadores se contradicen; hay tantas historias como partidos.
Una patria es una asamblea de hogares.
Si afinamos el oído, podemos percibir la caída de nuestros instantes en la nada, como recipiente que se vacía gota a gota.