La vida del agricultor es la mejor calculada para la felicidad y para las virtudes humanas.
Los agricultores son los fundadores de la civilización.
La agricultura no es, en verdad, un negocio; es una ocupación.
El tiempo empleado en el cultivo de los campos es muy dulce.
La química divina trabaja en el suelo.
Honra a los labradores, porque los que labran la tierra son el pueblo escogido de Dios.
La agricultura, para un hombre honorable y de alto espíritu, es la mejor de todas las ocupaciones y artes por medio de las cuales un hombre puede procurarse el sustento.