En el más elevado trono del mundo, seguimos sentados sobre nuestro culo.
Lo que hay que preguntarse es quién es mejor sabio, no quién es más sabio.
Nadie está libre de decir estupideces, lo grave es decirlas con énfasis.
La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de uno mismo.
Quiero más forjar mi alma que amueblarla.
A nadie le va mal durante mucho tiempo sin que él mismo no tenga la culpa.
Aunque pudiera hacerme temible, preferiría hacerme amable.