El socorro en la necesidad, aunque sea poco, ayuda mucho.
Debemos maravillarnos de los que buscan mayor socorro que el que nos dan nuestros enemigos con sus desaciertos; éstos serán los que nos ayuden.
Lo más grande de este mundo, según cierto filósofo, es un buen hombre que lucha contra su suerte; pero todavía hay quien le supera y es el que intenta socorrerlo.
El cielo nunca ayuda al hombre que no quiere obrar.
Apiadarse de la desdicha de los amigos está bien, pero socorrerlos está mejor.