Desconfiemos siempre de los que nos creen capaces de mayores triunfos de los que hemos podido lograr. Es el modo pérfido de considerarnos fracasados.
Todo fracaso es el condimento que da sabor al éxito.
En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada.
El fracaso fortifica a los fuertes.
Los que se desaniman ante un fracaso es porque ya tienen todo lo que pueden.
La mayoría de las personas fracasan por no haber concebido una idea clara de lo que quieren conseguir.
El fracaso prueba la debilidad del deseo y no su temeridad.