Cuando leas una biografía, ten presente que la verdad nunca es publicable.
Una verdadera pintura del más pequeño hombre es capaz de interesar al hombre más grande.
Si una biografía pretende penetrar hasta lo más hondo de la vida psíquica del héroe, no puede pasar en silencio —como casi siempre ocurre por discreción o mojigatería— las características sexuales del biografiado.
La biografía es la única y verdadera historia.
No hay propiamente historia, sólo biografías.
Toda la historia de la vida de un hombre está en su actitud.
Una anécdota de un hombre vale más que un volumen de biografía.