El rey debe tener presentes tres cosas: que gobierna hombres, que debe gobernarlos según la ley y que no gobernará siempre.
El trono es un pedazo de madera cubierta de terciopelo.
Aunque los reyes obren bien, siempre se hablará mal de ellos.
El deber de cada súbdito pertenece al rey, menos su conciencia.