Nadie se hace malvado de repente.
Todos desean saber, pero nadie quiere pagar el precio.
Haz de manera que seas tú el admirado y no lo que te pertenece.
Antiquísimo pecado es seducir a la mujer ajena, y despreciar el vínculo sagrado.
El que posee el suelo, posee hacia arriba hasta los cielos.
En el amor hay más acíbar que miel.
No hay que fiarse en las apariencias.