¡Insensato quien se fía en el porvenir!
No conozco otros medio de juzgar el porvenir que a partir del pasado.
Creer que el porvenir no existe ya porque no lo conocemos aún, es como si afirmáramos que un libro no termina porque no hemos llegado al final de su lectura.
El pasado es una especie de lámpara opuesta a la entrada del porvenir para disipar una parte de las tinieblas que la envuelven.
Cuando mires tu imagen en el espejo mágico, evoca tu sombra de niño; quien sabe del pasado, sabe del porvenir.