¡Dichoso yo si he acertado a llenar el extenso círculo de mis obligaciones para con la patria!
El bien para todos, el mayor bien para la patria.
Todas las madres y todas las patrias nos quieren pequeños para que seamos más suyos. La diferencia es que la madre llora y acaricia y la patria detiene y castiga.
Obedeciendo al llamado de mi patria, me pongo muy a mi pesar, al frente de sus destinos.
Para mí, la patria no será nunca triunfo, sino agonía y deber.
Preguntad a ese hombre lo que es la patria y la libertad y te contestará que lo que él quiere es dinero y no trabajar.