Los hombres exigen al amor que se revista de forma y de colores: necesitan ver lo que aman.
Pintar es muy divertido. Constituye una delicia observar y exprimir los colores. Lograr que se correspondan, por toscamente que sea, con lo que ves representa una tarea fascinante y por completo atrayente.
El color se ha apoderado de mí, ya no tengo que perseguirlo. Sé que me poseerá siempre. Ésa es la significación de este bendito momento. El color y yo somos uno. Soy un pintor.