El secreto de mi felicidad es tratar las catástrofes como molestias y no las molestias como catástrofes.
El fracaso prueba la debilidad del deseo y no su temeridad.
El trabajo hecho con buena voluntad deja en el que lo ejecuta un margen de libertad.
No decir más de lo que haga falta, a quien haga falta y cuando haga falta.
Sólo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa.
Al demostrar a los fanáticos que se equivocan, no hay que olvidar que se quieren equivocar.
Lo más difícil en las discusiones no es defender nuestro punto de vista, sino saber cuál es.