Lo que hace posible sentirse desligado es la suficiencia de la persona para hacerse a sí misma oriunda del éxito de sus fuerzas para vivir. El éxito de la vida es el gran creador del ateísmo.
Dios muere para el hombre materializado, que piensa no poder ser hombre o superhombre, más que si Dios no es Dios.
Una pequeña filosofía inclina a los hombre al ateísmo pero una honda filosofía los acerca a la religión.
Dios no forjó milagros para convencer a los ateos, porque sus obras ordinarias lo demuestran.