Nada hace más honor a una mujer que su paciencia, y nada la honra menos que la paciencia de su marido.
La mejor esposa es aquella de la cual el público no dice bien ni mal.
El soltero desea una esposa pero se alegra de no tenerla.
Si buscas esposa es aquella de la cual el público no dice bien ni mal.
Tengo ya demasiadas esposas, es decir, este arte que me acosa incensantemente, y mis obras son mis hijos.
El único miedo que tiene una mujer de reformar a un hombre es fastidiarle de tal modo que le haga perder todo posible interés por la vida.