La constancia es el fondo del acierto.
Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir.
La resignación es un suicidio cotidiano.
La abnegación ennoblece aun a las personas más vulgares.
No se es amigo de una mujer cuando se puede ser su amante.
Aunque se cree generalmente que la adversidad desarrolla las virtudes, sólo lo hace en la gente virtuosa.