La verdadera locura es tan rara como la verdadera sabiduría. Quizá no sea en el fondo, otra cosa que la sabiduría misma, que cansada ya de saberlo todo y de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la resolución de volverse loca.
Prefiero una locura que me entusiasme a una verdad que me abata.
Cuando todo el mundo está loco, ser cuerdo es una locura.
Cuando estoy entre locos, me hago el loco.
La experiencia aumenta nuestra sabiduría, pero no reduce nuestras locuras.
Las locuras de las que un hombre se lamenta más en su vida son aquellas que no ha cometido cuando tuvo la oportunidad.
Si la gente nos oyera los pensamientos, pocos escaparíamos de estar encerrados por locos.