A veces por la pérdida de una batalla se ha de encontrar una nueva manera de ganar la guerra.
La experiencia me ha enseñado unas cuantas cosas. Una de ellas es a escuchar mi intuición. No importa cómo suenen las cosas en el papel. La segunda es que, por lo general, eres mejor haciendo lo que sabes. Y la tercera es que tu mejor inversión puede ser aquella que no haces.
Ve siempre a por la más grande victoria posible; apunta siempre lo más alto que puedas.
Sé concienzudo. No cuentes con que el azar te llevará a alguna parte, porque no lo hará.