Las familias son como los ejércitos: pueden ponerse a salvo mediante un prudente movimiento de despegue.
Siempre he condenado a la mujer cuando ha tratado de hacer su felicidad a costa de la felicidad del hombre que ama.
No hay que dejar nunca de obrar ni de pensar como si lo desconocido pudiera ser conocido, aunque sepamos que es infinito y que está fuera de nuestro alcance.